
Se trata de una colección muy estival que evoca un picnic al aire libre, excursiones en bicicleta durante una tarde calurosa, dibujar o leer debajo de un almendro a cobijo del sol. En definitiva, para que los niños puedan aprovechar cada rato libre antes de que acabe el colegio para disfrutar del buen tiempo que se avecina.
La chicas son las musas, con vestidos ribeteados, faldas vaporosas y flores en tonos pastel. Los chicos son deportistas, pequeños universitarios que salen al campo en busca de aventuras.
Los colores son fríos, para contrarrestar el calor incipiente: gris, blanco, turquesa, y beige, que otorgan a las prendas un toque de inocencia. Los tejidos son ligeros, aunque por supuesto también se presentan chaquetas, chalecos con capuchas y sudaderas por si bajan las temperaturas por la tarde.
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